Fecha de publicación: 8 de Diciembre, 2025

Elecciones 2025: La era del video vertical y la batalla por el algoritmo en la campaña parlamentaria

Elecciones 2025: La era del video vertical y la batalla por el algoritmo en la campaña parlamentaria

Si hace una década seguíamos afirmando que “una imagen vale más que mil palabras”, en la campaña parlamentaria de 2025 la máxima ha cambiado: un video vertical de 15 segundos vale más que mil flyers en la calle.

Con cada vez más vértigo, estamos siendo testigos de una nueva transformación radical en la comunicación política chilena. Para quienes postulan a cargos de elección popular, ya no basta con algunos segundos de franja producida con grandes cámaras y música épica. Hoy, la batalla por los escaños en el Congreso se libra más bien en la palma de la mano de los votantes, a punta de scroll, páginas de memes y una autenticidad (a veces forzada, sí) pero diseñada específicamente para dominar la versión del algoritmo de turno.

En base a campañas que llevamos y otras que seguimos atentamente, en Contenidos Digitales analizamos los fenómenos virales que marcaron la pauta en este ciclo electoral y qué lecciones de marketing digital nos dejan.

1. El total dominio del formato vertical (9:16)

En esta elección la televisión abierta y la franja de las 20:40 hrs pasaron a un segundo plano. La verdadera “franja” estuvo en TikTok, Reels y YouTube Shorts. Los candidatos, con más o menos éxito, han tratado de adaptar su mensaje a las dinámicas propias de estas plataformas como:

El gancho de los 3 segundos: Un video no puede comenzar con una cortina o sin el candidato, pues si no captura la atención en lo que tarda el usuario en respirar, deslizará para consumir otra cosa. Relegados a las entrevistas o a instancias partidarias, podríamos decir que los discursos largos murieron: viva el punchline inmediato.

Los subtítulos dinámicos son claves: Estadísticamente, casi el 70% del contenido hoy se está consumiendo sin audio. Los candidatos que no subtitularon con tipografías llamativas (el famoso estilo Hormozi, incluido y automatizado en plataformas de edición como CapCut, por ejemplo) se vuelven virtualmente invisibles.

Vuelve la estética Lo-Fi: Curiosamente, los videos grabados con el teléfono en modo selfie, arriba de un auto, con iluminación imperfecta y movimientos accidentales de cámara, están generando más engagement que las producciones de estudio. La audiencia 2025 valora la percepción de cercanía y espontaneidad

Los Diputados Manoucheri y Cicardini consiguieron sus mayores tasas de interacción con videos de trayecto a actividades regionales o al Congreso, especialmente en días en que se votaban proyectos de gran revuelo y Acusaciones Constitucionales.

2. Shitposting para las masas, el auge definitivo del “Politainment” y el humor absurdo

¿Propuestas de ley o stand-up comedy? La línea para algunos candidatos al Congreso (especialmente Diputados) se hizo cada vez más difusa. Para romper la barrera de la apatía política o el voto protesta, clave en el sonado tercer lugar de Parisi, por ejemplo, muchos aspirantes al parlamento han recurrido al humor, los trends de baile de Tikok y el uso de audios virales para captar la atención.

Pero hay dos riesgos importantes. Primero, está demostradísimo que la viralidad no siempre se traduce en votos. Un candidato puede tener millones de vistas por un video gracioso o una colaboración exitosa con algún medio o página de memes, pero aún así fallar en convertir esa atención en credibilidad política y votos de su distrito. El segundo, para algunos de ellos quizá más catastrófico: perder sintiendo que hicieron el ridículo por nada puede ser doblemente desmoralizador.

El desafío de la siguiente campaña (las Municipales y de Gobernador del 2026) estará es equilibrar la potencia viral del meme o el trend con la propuesta pura y dura y poder proyectar habilidades del candidato. Aunque algo avanzó Mamdani en esa línea, el joven próximo alcalde de Nueva York apostó a la ironía más que al absurdo y nunca perdió la seriedad de su mensaje.

 

Aunque no logró transformarlo en votos, el candidato Presidencial Eduardo Artés logró generar a su alrededor una base creativa que, medio en broma y medio en serio, aportaron contenidos de gran viralidad a su campaña. Usando códigos visuales del shitposting, términos juveniles y colaboraciones con páginas de memes, consiguió que en vez de hacer campaña, los jóvenes le hicieran la campaña digital por él.

3. La Inteligencia Artificial, el nuevo jefe de campaña

A diferencia de elecciones pasadas, en 2025 la IA dejó de ser una novedad, siendo un estándar con niveles cada vez mayores de confiabilidad y potencia para resolver cosas. Más allá de pedirle variaciones para un pie de foto al GPT gratuito, las herramientas de IA hoy se están utilizando, entre otras cosas, para:

Clipping automático: Softwares o plugins de edición que toman una entrevista de una hora y extraen automáticamente los 10 clips más virales para redes, con el formato, los subtítulos y el texto que acompaña al post listos.

Autoeditor: por algunos dólares al mes, algunas apps pueden transformar los videos en bruto de un día en campaña en un Reel de calidad, con subtítulos, edición que coincide con la música y el texto que lo acompaña en el post o copy. Esto demostró ser especialmente útil para los equipos de candidatos por distritos rurales, que muchas veces deben editar sobre la marcha o durante el trayecto de un pueblo a otro.

Motion graphics: sin tanto éxito o sin los prompts adecuados, algunos candidatos intentaron suplir su falta de producción audiovisual con infografías animadas sobre sus proyectos o intereses. La mayoría de los que vimos, al menos, no son mucho más que un PPT reconvertido en video para redes sociales.

Micro-segmentación: Esta sí es una herramienta muy potente, sobre todo para campañas de alcance territorial o democráfico masivo, como algunas senatoriales en Valparaíso y el Maule, por mencionar algunas. Se trata de videos generados masivamente con ligeras variaciones para apelar a distintos nichos demográficos de un mismo distrito o circunscripción senatorial. Si eso se puede cruzar con campañas de pago muy bien segmentadas, puede generar muy buenos rendimientos en términos de engagement y por qué no, quizá algunos votos.

4. La autenticidad como moneda de cambio

El electorado, especialmente la Generación Z, tiene un radar muy fino para lo “fake”. Los videos que más se han viralizado en las últimas semanas de campaña no fueron los que prometieron el cielo y la tierra desde un estudio, sino aquellos que muestran el “detrás de cámaras”: el candidato comiendo un completo, haciendo un tutorial en la feria “para que no le vendan la pescá”, cansado tras una gira o respondiendo a sus haters en tiempo real.

La narrativa del “héroe perfecto” de la vieja política, que nos hablaba de hombres intachables, académicos y serios ha sido reemplazada por la del “ciudadano relatable”, que vive y consume como sus electores lo harían.

Entonces, ¿viralizar para gobernar?

La campaña parlamentaria 2025 reafirmó que el marketing digital ya no es un accesorio, es el eje central de la estrategia política. Sin embargo, para los colegas estrategas digitales y comunicadores, la lección es también otra: así como el algoritmo premia la retención y lo disruptivo, la democracia requiere más y mejores confianzas. Acertar en campaña con un video viral es solo la puerta de entrada, el verdadero reto está en lograr que ese elector que dio “me gusta” por un video gracioso, se quede por las ideas y termine marcando el voto en la papeleta. A diferencia de los likes, el voto sigue siendo uno sólo.

Gastón Arce P.

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